Los frijoles son uno de los alimentos más populares en la cocina mexicana, pues ya sea como el elemento principal en una deliciosas enfrijoladas o como acompañamiento en un guisado típico, este ingrediente suele ser muy bien recibido por chicos y grandes.
Sin embargo, no siempre resulta del todo bueno para el cien por ciento de las personas, pues en algunos casos es mejor reducir su consumo o evitarlo y estas son las razones de los expertos en salud.
Quiénes no deberían comer frijoles
Toxicidad por lectinas: la Universidad Autónoma de Querétaro señala que se han reportado casos de toxicidad por el consumo crudo de frijol Tépari, ocasionando problemas como pérdida de peso, mala digestión de proteínas.
Los frijoles contienen lectinas, proteínas que pueden ser tóxicas en grandes cantidades. Sin embargo, los niveles de lectinas en los frijoles comunes son generalmente bajos y rara vez causan problemas en la mayoría de las personas cuando se cocinan adecuadamente.
Malestar estomacal: algunas personas pueden experimentar malestar estomacal, hinchazón o incluso dolor abdominal después de consumir frijoles. Esto puede ser debido a la dificultad de digestión de ciertos componentes de los frijoles, como los oligosacáridos fermentables.
Además, los frijoles contienen carbohidratos complejos que pueden ser difíciles de digerir completamente en el intestino delgado. Esto puede provocar la liberación de gases como resultado de la fermentación de los carbohidratos no digeridos en el intestino grueso, lo que conduce a la flatulencia o gases.
Alergias: aunque son muy raras, algunas personas pueden ser alérgicas a los frijoles, lo que puede generar síntomas como picazón en la piel, hinchazón de la cara, dificultad para respirar, entre otros. Las alergias a los frijoles son más comunes en personas que también son alérgicas a otras legumbres.
Interacción con medicamentos: en algunos casos, los frijoles pueden interactuar con ciertos medicamentos, especialmente aquellos utilizados para tratar la gota, como la probenecida. Los frijoles pueden interferir con la eliminación de ácido úrico del cuerpo, lo que podría aumentar los niveles de ácido úrico en la sangre.