Las tortas ahogadas son uno de los platillos más emblemáticos de México, que surgió en el estado de Jalisco y que por lo tanto es una de las preparaciones insignia de este lugar.
Las tortas ahogadas son en Guadalajara lo que los tacos son en la Ciudad de México y prácticamente en cada esquina se pueden encontrar negocios que ofrecen este delicioso alimento.
Se prepara con un bolillo o birote, el cual se rellena de carnitas y se cumbre con dos salsas: una de tomate y otra muy picosa, que en conjunto generan una explosión de sabor en la boca.
Recetas deliciosas de tortas ahogadas
¿Quién inventó la torta ahogada en Guadalajara?
Se dice que las tortas ahogadas surgieron por accidente en los años 30, cuando un vendedor en Guadalajara, llamado Luis de la Torre o “El Güero”, tiró una torta en una salsa de chile cuando un cliente, que era trabajador de una fábrica le pidió que le preparara una torta.
El hombre se comió la torta cubierta de salsa y así habría surgido este delicioso platillo, el hijo del tortero Luis de la Torre bautizó este platillo accidental como ahora lo conocemos.
El Güero comenzó a vender las tortas ahogadas en un puesto ubicado en 16 de Septiembre y Miguel Blanco, en el centro de Guadalajara y se volvieron muy populares entre los tapatíos y los visitantes, y pronto se expandieron a otros lugares de Jalisco y México.
Se pueden pedir con diferentes grados de picor, desde la “tímida” hasta la “suicida”, claramente esta última es de las más picosas.
Se suelen acompañar con cebolla morada, limón, rábanos, aguacate y refresco de tejuino o tepache y son consideradas un remedio para la cruda o resaca, por su alto contenido de grasa y picante.
Cada 10 de septiembre se celebra el Día de la Torta Ahogada en Guadalajara, como un homenaje al platillo típico de Jalisco. En este día se regalan miles de tortas en el centro histórico de la ciudad
¿Por qué se le llama torta ahogada?
Se llaman tortas ahogadas porque se bañan con dos salsas: una picante y otra de tomate, hasta que se deshacen en las manos y en la boca.